China ha logrado establecer un negocio de venta de cempasúchil deshidratado que por lo menos le permite vender un monto anual de 500 millones de dólares, y cuyo principal comprador es México.
José Luis Sánchez Millán, catedrático de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM, advirtió que México no ha aprovechado ser la tierra originaria de esta flor con altas propiedades para la salud, alimenticias y de pigmentación, al tiempo que China desarrolló en los últimos 20 años una industria, muy probablemente basada en ingeniería genética, que le permite vender cempasúchil deshidratado en diversas regiones del mundo.
En el marco del ciclo de conferencia del 3er Foro Internacional Agroindustrial, organizado por la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, habló sobre las propiedades de esta planta mexicana que sirve como pigmento para la industria avícola y que además entre sus propiedades sanitarias es altamente recomendable para el fortalecimiento de la visión.
Las aportaciones en materia de carotenoides, luteína y zeaxantina son importantes en esta flor, la cual aún puede ser un importante negocio para México, si es que existe el interés por desarrollar plantas deshidratadoras, ya que en nuestro país prácticamente las condiciones para ello existen por la mejoría en costos de producción y comercialización.
Solamente Guangzhou Leader Bio-Tecnolgoy, añadió, produce más cempasúchil que lo que produce México, quien no aprovecha la considerable posibilidad de desarrollar variedades de producto y su clima benévolo, que le permitirá producir prácticamente todo el año en diversas regiones.
Por otra parte, María de Carmen López Reyna profesora e investigadora del Colegio de Posgraduados (Colpos), advirtió que a nivel mundial es necesario establecer otros modelos de trabajo asociativo dentro de la industria alimentaria a futuro, en especial ante la necesidad de fortaleceré no la disponibilidad de alimentos sino su accesibilidad.
Es fundamental lograr mejores cadenas de integración horizontal, vertical y diagonal, que permitan en México y el mundo acceso a las cadenas de valor a miles de pequeñas y medianas empresas del sector que a nivel internacional producen entre el 35 y el 40% de los alientos, y que incluso lo pueden hacer de forma más saludable que las grandes corporaciones.
No podemos, añadió, permitir que sólo Estados Unidos estén comprando tierra cultivable, que cinco multinacionales controlen el 63% del mercado de las semillas y el 74% de los agroquímicos, que cuatro marcas controlen el 70% del comercio de productos agrícolas básicos, que 10 compañías controlen en fertilizantes el 41% del mercado y que en farmacéutica animal siete detenten el 72% de las ventas, entre otros ejemplos.
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