Cuando Sunand Tryambak Joshi, mejor conocido como ST Joshi, tenía ocho años, su familia migró de India a Muncie, en Indiana, Estados Unidos. A los 13 visitó por primera vez la biblioteca pública local y descubrió las obras de Howard Philips Lovecraft (1890-1937). Quedó maravillado al grado de dedicar su vida a estudiar al gran maestro de la literatura del horror.
Considerado el mayor experto en la vida de Lovecraft, ST Joshi visitó México por primera vez para ofrecer la charla: Cómo estudiar a Lovecraft y la ficción de lo extraño, organizada por la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, con motivo del 134 aniversario del natalicio del escritor.
El especialista fue entrevistado por La Jornada, donde afirmó que si bien Howard no inventó el horror cósmico, sí lo revolucionó e incluso creó otra corriente propia a la que pertenecen entidades como Cthulhu, Yog Sothoth y demás. Muchas veces jugó con lo indescriptible y lo hace muy difícil de leer, eso fue determinante para que no fuera reconocido en su tiempo, explicó.
Según el experto, la literatura de Lovecraft no se trata de dioses exteriores, sino, simplemente, sobre el miedo: “Llamaba a reflexionar sobre que la humanidad era insignificante con relación al universo en su totalidad, pero no del todo, porque podemos crear nuestro destino. Eso se ve en el cambio de ideología política que tuvo: empezó como conservador radical, pero después se volvió socialista moderado.
Nacido en 1890 en Providence, Rhode Island, HP Lovecraft fue pionero en el género del horror cósmico con obras como La llamada de Cthulhu, En las montañas de la locura y El color que cayó del espacio. Logró permear en escritores posteriores que expandieron ese universo y así llegó a la actualidad.
Su trascendencia radica no sólo en el horror, sino en su dominio del lenguaje y en la creación de relatos góticos y de ciencia ficción, en los que convergen el misterio, grotescas divinidades antiguas y entidades desconocidas.
Lovecraft es uno de los prosistas más importantes en la lengua inglesa. Tenía un estilo exquisito, era muy cuidadoso al usar las palabras y hacía uso de la unidad de efecto utilizada por Edgar Allan Poe, a quien admiraba.
Escribía los textos en dos formas: la primera era el cuento escrito como tal, y la otra parte era la visión de los protagonistas; en ambas narraba una historia que recorría diferentes caminos, pero que se complementaban, aseguró el experto.
En las montañas de la locura, escrito en 1931, es un relato largo en el cual unos científicos viajan a la Antártida y se encuentran con los restos de los Antiguos, una raza extraterrestre que junto con sus esclavos, los Shoggots, se instalaron en la Tierra, y que fueron el origen de la vida en el planeta.
Uno de los parteaguas de la vida de Lovecraft fue cuando se mudó a Nueva York en 1924, donde vivió dos años con su esposa, Sonia Green. No duró mucho porque tenían problemas económicos, al grado de que Howard intentó suicidarse; se separaron, él regresó a Providence y ahí reafloró su creatividad.
Lovecraft murió de cáncer de estómago el 15 de marzo de 1937 en un hospital de Providence. Tenía 46 años. Dejó innumerables cuadernos de los cuales fueron recuperados los relatos que hoy encontramos en casi cualquier librería. Entre sus obras más emblemáticas están El caso de Charles Dexter Ward, Ratas en las paredes, Dagón, El Necronomicón y El horror de Dunwich.
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