México.- A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador, suele decir que la epidemia de Covid-19 está “domada”, y el encargado de la estrategia contra el coronavirus desestima el uso del cubre bocas, la propagación del Covid-19 no da tregua al país.
Del “hay que abrazarse, no pasa nada”, pasando por “esto viene como anillo al dedo”, hasta llegar al “me pongo cubrebocas cuando se acabé la corrupción”, se convierten en frases lapidarias, cuya realidad superó todas las expectativas y ubica ya a México con 50 mil 517 muertes por Covid-19.
Inmerso en la cuarta semana de desconfinamiento decretado por el Gobierno federal, el país ascendió al tercer lugar mundial de decesos -solo superado por Estados Unidos y Brasil- y en el sexto país más afectados en casos acumulados de Covid-19.
El 21 de marzo se registró el primer fallecido por el virus, y al finalizar dicho mes se contabilizaban mil 098 casos y 28 muertos. Termina abril y la cifra se ubica en 17 mil 799 casos con mil 732 decesos.
Mayo destaca por contar con 87 mil 512 infectados y 9 mil 779 muertos; Junio reporta 220 mil 657 casos con 27 mil 121 caídos y en julio, cuando inicia el desconfinamiento con sana distancia, se registra el aumento más dramático en casos y fallecidos, con 424 mil 637 contagios y 46 mil 688 muertos.
En este escenario, al menos nueve gobernadores del país pidieron la renuncia del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, bajo el argumento de que ha mentido y fallado en la contención del virus en México.
Y es que, el funcionario también ha fallado en su pronóstico de que el pico máximo de contagios se alcanzaría a principios de mayo, si bien es cierto que siempre ha sostenido que la epidemia se alargaría hasta octubre.
Según su estrategia de “mitigación”, basada en el cierre de negocios no esenciales y un confinamiento voluntario para no perjudicar a los millones de pobres que viven al día, se iba a tener una epidemia más larga pero menos intensa que en otros países.
BTM
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