Reforma judicial debilita la confianza en la relación bilateral México-EU

En medio del avance de la reforma judicial en nuestro país, las tensiones en la relación bilateral crecen y lo que se rompe una vez más es la confianza. “Se viene algo dantesco”, lamentó Pía Taracena Gout, académica del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.


El embajador estadounidense en México, Ken Salazar, afirmó el pasado 4 de septiembre que ambas naciones mantienen una relación fuerte, pese a la “pausa” decretada el 22 de agosto por el presidente Andrés Manuel López Obrador (tras considerar “intervencionistas” las declaraciones del diplomático sobre la reforma judicial). Sin embargo, los dichos actuales de Salazar sólo tratan de bajar un poco la tensión de una manera muy diplomática y “disimular”, en opinión de Taracena.

 

El embajador se había llevado muy bien con el presidente López Obrador, se la había pasado en Palacio Nacional una vez por semana para tratar asuntos bilaterales, recordó la internacionalista e historiadora de la IBERO. A partir de la pausa –una figura que no existe en la diplomacia–, el estadounidense ya sólo responde a los intereses económicos y políticos de su país.

 

El tema de la confianza es muy importante en las relaciones bilaterales. Y actualmente, lo que le está diciendo Estados Unidos a México es “no confío en ti”, en palabras de Taracena. La especialista señaló que en tiempos recientes ha habido dos rupturas de confianza importantes: la decisión unilateral de EU de llevarse a El Mayo Zambada y el proceso de reforma judicial.

 

La pausa con la embajada estadunidense tiene lugar en un momento muy complicado para Estados Unidos por su proceso electoral. En caso de llegar Kamala Harris a la presidencia se podría encontrar una forma de mejorar la situación, pero con Trump “lo veo más difícil”, señaló.


En el rubro comercial, puede haber afectaciones en términos del T-MEC, por la propuesta elección politizada de jueces y la desconfianza en los tribunales mexicanos. Las empresas ya están amenazando con ir a tribunales internacionales, ni siquiera estadounidenses, para resolver disputas comerciales. Y hay un fuerte riesgo de salida de capitales.

 

Para la académica, se está tensando algo que ya funcionaba y está en riesgo hasta el propio tratado comercial. Acotó que algo que se estaba manejando muy bien al final del sexenio actual es el nearshoring, pero con la reforma, México podría no atraer esa inversión, que podría redirigirse a países como Panamá.

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