México.- Las alcaldías Iztapalapa y Gustavo A. Madero de la Ciudad de México -que son las de mayor contagios por coronavirus- se caracterizan por carecer de agua potable, recibirla de mala calidad; concentrar un alto número de purificadoras, y pagar mucho dinero en adquirir el producto.

Los hogares de la urbe ingerían –antes de la pandemia– unos 391 litros por persona –590 en Iztapalapa– pero ahora con la pandemia del COVID-19 esto aumentó debido al confinamiento y el cuidado de los enfermos, afirmó Delia Montero Contreras, investigadora de esta casa de estudios.

“Como estamos confinados en nuestras casas, el consumo es el doble, por ejemplo, en la Unidad Iztapalapa se beben en tiempos laborales cada mes 2,744 garrafones de 20 litros cada uno, pero ahora la comunidad UAM lo hace en sus domicilios”. 

En la conferencia El agua embotellada y el COVID 19, dijo que antes de la crisis sanitaria, las viviendas destinaban en promedio al mes 226 pesos por garrafones de 20 litros y ahora pasó a 546.92 pesos en dicha demarcación del oriente de la metrópoli.

En la de Gustavo A. Madero el aumento fue de 180 pesos a 435 pesos, lo que respondería a la necesidad de satisfacer una necesidad primaria y, en varios casos, porque hay enfermos del nuevo coronavirus en casa. 

“Esta es una proyección, considerando que si no estamos en el trabajo consumimos más en el hogar y estamos invirtiendo poco más del doble”, anotó.

En Iztapalapa se consumen 575 litros de agua embotellada per cápita al año, es decir, 29 botellones de 20 litros en el mismo periodo y el impacto es mayor en las familias con ingresos de mil 500 pesos mensuales, ya que representa 15 por ciento de sus percepciones habituales.

“Pero ahora con el confinamiento es de 36 por ciento, lo que significa que gente con menores recursos está gastando mucho más en este rubro”, alertó.

Montero Contreras comparó esto con el costo por el servicio en los hogares y mencionó que la embotellada es 2,500 veces más cara que la potable que se abastece en las casas, por lo que “advertimos que representa un gasto hormiga que no se percibe y en este momento tampoco hay opciones”.

BTM