El Comité Organizador de los Juegos Olímpicos, París 2024, se ha propuesto establecer la marca de ser el evento con menor impacto climático al reducir a la mitad la huella de carbono de las últimas 3 justas olímpicas.
Las anteriores ediciones de los Juegos Olímpicos, Tokio 2020, Río 2016 y Londres 2012, han producido, en promedio, 3,5 millones de toneladas de dióxido de carbono. París 2024 se ha propuesto reducir esta cifra a la mitad, alcanzando un máximo de 1.75 millones de toneladas de CO2, destacando que como objetivo clave, definieron mantenerse por debajo de 1.5 millones de toneladas en emisiones.
María José Alcalá, presidenta del Comité Olímpico Mexicano, afirmó que “este es un gran paso que refuerza los valores del olimpismo. La excelencia, el respeto, el humanismo, la universalidad y la solidaridad deben verse reflejados también en el cuidado del planeta en que vivimos. Celebro que nos hayamos planteado este ambicioso objetivo que la delegación mexicana cumplirá cabalmente”.
París 2024 no solo busca tener los JJOO menos contaminantes de la historia, también pretende ser "el primer acontecimiento deportivo internacional que compensa más emisiones de las que genera”. Para ello, se ha diseñado una estrategia completa, destacando los siguientes puntos:
El 95% de los Juegos se celebrará en edificios ya existentes o en infraestructuras temporales (únicamente se ha construido el Centro Acuático de Saint-Denis que funciona con energía solar y se desarrolló con materiales de origen biológico y reciclados).
El 100% de la energía utilizada en las sedes de competición procederá de fuentes renovables.
Un 60% de la oferta de alimentos para el público general, y un 50% de las ofrecidas a los trabajadores, serán vegetarianas. Destacando que en el parque urbano, Plaza de la Concordia, el 100% de la comida será vegetariana.
El 80% de los alimentos utilizados serán de origen francés y sólo usarán platos reutilizables.
Las instalaciones cuentan con aberturas para dar cobijo a insectos y pájaros y se plantaron cerca de 9 mil árboles en torno a la villa olímpica para atraer diversas especies animales.
Los 2,800 espacios que se construyeron en ese lugar serán transformados en viviendas una vez se terminen los juegos.
En cuestiones de movilidad, se pondrá a disposición del público en general un número significativo de bicicletas para trasladarse entre sedes.
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