Una de las escenas más impactantes de Terminator 2, película que cumplió treinta años recientemente, muestra la mano robótica del cíborg encarnado por Arnold Schwarzenegger.
Hasta hace poco una tecnología así formaba parte del terreno de la ciencia ficción. Sin embargo, los últimos avances científicos, nos acercan mucho a esa fantasía. Y, con un poco de suerte, sin la parte de máquinas que toman conciencia y se apoderan del mundo.
Un equipo de investigadores coreanos ha publicado recientemente un artículo en la revista Nature Communications en el que muestra uno de los modelos de mano robótica más avanzados hasta le fecha. La clave reside no tanto en su fuerza, sino en su delicadeza. Por supuesto, los robots se han utilizado en plantas industriales desde mediados del siglo XX.
El primero de ellos, bautizado como Unimate, se utilizó en la industria de la automoción. Este modelo estaba equipado con pinzas y podía levantar grandes pesos. Pero ni él ni sus sucesores podían sujetar un huevo de gallina sin dañarlo.
La IDLA (mano articulada diestra antropomórfica en sus siglas en inglés) viene a cambiar eso. El dispositivo cuenta con cuatro dedos y un pulgar al estilo humano. Además de sus respectivas articulaciones —veinte en total— esos dedos incorporan sensores en las “yemas”.
El tamaño total es de veintidós centímetros y con un peso de poco más de un kilo. Pero ¿qué puede hacer exactamente? Estas son algunas de las habilidades de la mano robótica coreana: Utilizar pinzas de precisión o tijeras para cortar papel, sujetar un huevo o una lata de refresco sin dañarlos (y de paso llenar un vaso) y ejercer una fuerza de hasta 34 newtons.
La IDLA tiene, además, la ventaja de que todos sus circuitos y sistemas están integrados en la mano misma, de forma que se puede integrar con facilidad en brazos robóticos ya existentes.
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