A nueve días de la inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024, la alcaldesa de esa ciudad, Anne Hidalgo, se puso un traje de neopreno y se lanzó a las aguas del río Sena, para demostrar que el cauce está en condiciones para la justa deportiva.
Tras meses de expectación, Hidalgo, se zambulló en el Sena para cumplir la promesa que hizo tiempo atrás de demostrar que el río está lo bastante limpio como para albergar las pruebas de natación de aguas abiertas.
“El agua está muy, muy bien. Un poco fría, pero no está mal”, dijo Hidalgo tras el baño en el que estuvo acompañada por el presidente del Comité Organizador de París 2024, Tony Estanguet, y por el máximo responsable de la región de París, Marc Guillaume.
Aunque el estado bacteriológico del Sena ha mejorado y su caudal continúa disminuyendo y todavía no se confirma si se podrán celebrar en el río las pruebas de triatlón (30 y 31 de julio, 5 de agosto), natación en aguas abiertas (8 y 9 de agosto) y el paratriatlón, el 1 y 2 de septiembre.
El acto forma parte de los esfuerzos para mostrar la mejora de la limpieza del río antes de los Juegos, que arrancarán el 26 de julio con una fastuosa ceremonia al aire libre que incluirá un desfile de deportistas en barcos por el Sena.
A principios de junio, los análisis diarios de la calidad del agua mostraron niveles no seguros de la bacteria E. coli, algo que ha mejorado recientemente.
Desde 2015, los organizadores han invertido mil 500 millones de dólares para preparar el Sena para los Juegos y garantizar que los parisinos tendrán un río más limpio en los próximos años.
El plan incluía la construcción de una gigantesca cuenca subterránea de almacenamiento de agua en el centro de París, la renovación de la infraestructura de saneamiento y la mejora las plantas de tratamiento de aguas residuales.
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