Investigadores de la UAM estudiarán el nomadismo digital en la Ciudad de México

Los doctores Adrián Hernández Cordero y José Franco Aguilar, así como la maestra Denisse Rosas Fonseca, del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), participarán en el proyecto NOMADIC (Nomad Movements and Digital Impacts in Cities), aprobado por la Unión Europea.


Esta iniciativa tiene como objetivo abordar desde diferentes vertientes el nomadismo digital a nivel internacional, además de analizar los efectos de la digitalización, la plataformización y el emergente fenómeno de la movilidad de los nómadas digitales y sus impactos en diversas metrópolis del mundo.


El proyecto NOMADIC se concibe como una red global y multidisciplinaria en la que colaboran investigadoras e investigadores de universidades de Europa y América: New York University, Universidad Autónoma de Buenos Aires, Universidad Sapienza, el Centro interdisciplinar de Ciências Sociais, de Lisboa y la Universidad de Sevilla, todas ellas coordinadas por el doctor Jorge Sequera Fernández, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, de España.

 

Los profesores de la Unidad Iztapalapa estudiarán el caso de la Ciudad de México, en donde a partir de la pandemia de COVID-19 se ha incrementado la presencia de extranjeros que trabajan vía remota, lo que ha llamado la atención de diversos sectores de la población, dadas las implicaciones sociales, culturales y económicas que generan a nivel local.

 

Se trata de personas de entre 20 y 40 años que tienen una alta capacitación educativa e informática y generalmente suelen trabajar bajo el modelo free lance y, por tanto, pueden cambiar de residencia constantemente e incluso moverse de ciudad porque lo único que necesitan es su computadora y conexión a internet, explicó en entrevista el doctor Hernández Cordero, jefe del Departamento de Sociología.

 

En el caso de México esa población extranjera, principalmente de Estados Unidos y Canadá, aunque también hay europeos; así como mexicanos que se trasladan de los estados a ciudades que les parecen atractivas como la Ciudad de México, particularmente a colonias como la Condesa y la Roma o a Puerto Escondido, Tulum, Oaxaca, entre otras.

 

Los alcances del fenómeno son varios sobre todo en colonias donde ya se había detectado un proceso de gentrificación, es decir, “hay una renovación de determinado sector del barrio, la aparición de galerías de arte, restaurantes, bares, y demás infraestructura cultural, que lo hizo atractivo para un sector de clase media local, pero hay un segundo momento donde esta población extranjera se ve atraída por ese dinamismo y comienza a vivir ahí”.

 

Lo anterior está vinculado con el tema de las plataformas digitales como Airbnb, que ofrece hospedajes en departamentos o habitaciones, lo que resulta en el aumento del valor del suelo en estas zonas de la ciudad y a su vez genera el desplazamiento de los sectores más marginados y el rompimiento del tejido barrial”, porque pueden estar desde un mes hasta de tres meses no se relacionan con la población local. 

 

Sin embargo, no todas las implicaciones son negativas, dado que esta presencia extranjera fomenta la diversidad y la inclusión en la capital, “ejercitando nuestra sociabilidad y nuestra tolerancia hacia los otros y las otras”.

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