México.- El estiércol o excretas de los animales de granja son residuos que, dependiendo el tipo de manejo, tienen la capacidad de impactar negativamente al medio ambiente y la salud humana, si son descargados en ríos o lagos, pero también sirven como compostaje si se almacenan para aplicarlos en campos de cultivo.
A pesar de las consecuencias nocivas son una fuente importante de energía a partir del biogás, aseguró la ingeniera en Bioquímica Industrial por la Unidad Iztapalapa Martha Elena Ramírez Islas.
Dijo que los energéticos son prioritarios en el mundo, por ejemplo, la producción de energías renovables es de gran relevancia para la mayoría de los países como medida de sustentabilidad y protección del entorno.
En México, 76 por ciento de la electricidad proviene de combustibles fósiles y 24 por ciento de fuentes limpias, de las cuales 17 por ciento es renovable.
Las nuevas tecnologías abren opciones a la digestión anaerobia para el tratamiento de aguas residuales y de desechos provenientes de actividades humanas, incluido el sector pecuario, apuntó Ramírez Islas.
A partir del Protocolo de Kioto, puesto en marcha en 2005, empezaron a desarrollarse los primeros proyectos de mecanismos de desarrollo limpio para la instalación de sistemas de digestión anaerobia y la producción de biogás y de energía.
En 2016, a través del Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO), de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, inició la instalación de biodigestores en granjas del país.
La quema de biogás es una práctica común que tiene mayores impactos ambientales que los procesos que aprovechan el biogás para producción de energía.
BTM
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