Por Dither Nava
México.- El triángulo de litio, ubicado en la zona fronteriza de Argentina, Chile y Bolivia, concentra más del 80 por ciento de este metal blando que ha cobrado relevancia mundial por su uso en productos tecnológicos y por la salida de Evo Morales, de la presidencia de Bolivia.
Se trata de una de las reservas de litio más grandes del planeta que cubre el Salar boliviano de Uyuni, así como los salares de Hombre Muerto y Arizaro en Argentina, y parte del desierto de Atacama en Chile.
El litio se emplea en la fabricación de baterías de larga duración para Smartphones y las reservas que se encuentran en dicha zona de América del Sur, han sido comparadas con las reservas petroleras de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.
Sin embargo, el camino del material desde las minas hasta la fabricación de una batería para Smartphone es largo y requiere de una alta especialización técnica que los países sudamericanos no pueden ofrecer.
Tras la salida de Evo Morales, expertos esperan que la nueva presidenta de Bolivia abra el mercado para la extracción privada de litio, cuya demanda comenzó a crecer en los últimos años.
Incluso, se espera que para el 2030, las baterías del 90 por ciento de los automóviles sean fabricadas con este metal, por lo que la apuesta de estos tres países sudamericanos es que se instalen fábricas de ensamblaje de baterías, para generar empleo y derrama económica.
De este modo, el Triángulo de Litio comienza a cobrar relevancia mundial, relevancia que crecerá a partir de los próximos años, por lo que tanto Argentina como Chile ya piensan en la instauración de institutos tecnológicos que los acerquen a ser el fabricante número uno de baterías a nivel mundial.
Mientras que en Bolivia, el panorama aún no está claro para el futuro del “oro blanco”, aunque ha dado sus primeros pasos con la fabricación de baterías que alimentan casas en las zonas rurales de La Paz, lo que podría significar un hito histórico para la producción de tecnología en Sudamérica.
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