México.- Este domingo se celebra el Día Nacional del Pulque, una fecha para beber y sentirnos orgullosos de una de las bebidas fermentadas más antiguas de nuestro país.
El pulque está representado en relieves prehispánicos del año 200 a.C., pero se desconoce su origen y época en que comenzó a ser consumido. Sin embargo, su presencia en nuestros mitos y leyendas es de suma importancia.
Por ejemplo, se relata que el dios Quetzalcóatl se embriagó con dicha bebida y cometió los actos inmorales que se volvieron la causa de su autoexilio.
En la época prehispánica, el pulque sólo era bebido por la gente sabia, la nobleza y los ancianos, además de los destinados al sacrificio. La embriaguez con pulque era mal vista y se penaba.
Sobre el origen de la palabra pulque, la UNAM refiere que proviene de un vocablo de las islas del Atlántico que significa “podrido”, usado por los españoles como peyorativo para el octli, de origen náhuatl, que es el nombre original y se refiere exclusivamente a la bebida embriagante y a los rituales en torno a ella.
Luego de la conquista, el pulque perdió su carácter de divino y se hizo una bebida ampliamente consumida; su producción se volvió de suma importancia para la economía colonial y para los primeros años del México independiente.
El auge de la producción pulquera en México se consolidó durante más de 200 años, y la industria no decayó hasta unos años después de la Revolución Mexicana.
En las ciudades, desde hace algunos años, el pulque ha ido recuperando parte de su terreno perdido y se le ha reivindicado a través de ferias, pulquerías contemporáneas y muestras de bebidas tradicionales.
De la misma forma que el mezcal, el pulque fue rescatado de la marginación y las sombras para otorgarle su justo valor como bebida tradicional mexicana, la única que conserva un método de extracción intacto desde hace más de dos mil quinientos años.
BTM
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