A poco más de un año de que iniciara la ofensiva israelí en la Franja de Gaza, el 7 de octubre de 2023, el panorama en la región continúa incierto. Las miradas hoy se centran en Irán. Durante el podcast Norte Económico, Aboud Onji, analista geopolítico, experto en el Oriente Medio, explica las implicaciones del conflicto actual entre Israel e Irán.
Señala que un aspecto clave del enfrentamiento es la creciente actividad de los hutíes (grupo de rebeldes del norte de Yemen), quienes han lanzado ataques a los navíos comerciales que atraviesan el Mar Rojo, una de las rutas más importantes del mundo.
Sobre esta situación, Alejandro Padilla, Economista en Jefe y Director General Adjunto de Análisis Económico, subraya que este corredor estratégico maneja el 12% del comercio global, incluidos el 30% del tráfico mundial de contenedores, además de ser crucial para el transporte de petróleo y gas. En este contexto, los ataques hutíes podrían impactar la estabilidad de esta vía comercial y, por ende, la economía mundial.
En específico, Arabia Saudita es uno de los principales afectados por la actividad hutí, ya que estos rebeldes han lanzado amenazas a su seguridad energética.
En opinión de Onji, esto aceleró las acciones de Israel en la región, debido al temor de una posible alianza entre los hutíes, Hezbollah y Hamas. Esta alianza, de concretarse, podría desestabilizar aún más la región, con efectos negativos sobre el comercio internacional, particularmente en lo que respecta al petróleo.
“Hay una preocupación fuerte de una alianza entre los hutíes, Hamas y Hezbollah. Si esa alianza se hace, va a afectar muchísimo la economía a nivel internacional. Desde mi punto de vista, esto aceleró las acciones de parte de Israel (la ofensa hacia Hezbollah) y aceleró la aceptación de Irán para acabar con Hezbollah”, explicó.
Este temor a una mayor inestabilidad regional no solo preocupa por sus efectos inmediatos en la seguridad y el comercio, sino también por el impacto que tendría en la reconfiguración del poder en el Medio Oriente.
En este sentido, los cambios geopolíticos resultado de eventos como la caída de Saddam Hussein en Irak y el debilitamiento de Afganistán han favorecido tanto a Irán como a Israel. Lo anterior, aunado a que ambas naciones están en una situación similar de aislamiento entre la región, sugiere que, a pesar de la tensión, podrían tener intereses compartidos.
De acuerdo con el experto, este enfrentamiento tiene raíces profundas que datan de hace siglos.
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