México.- A fin de colaborar en la economía de las familias dedicadas al cultivo de jamaica, investigadores del Campo Experimental Valle de México del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) presentaron métodos para determinar la calidad de los cálices de esta planta, que es la parte más comercializada de forma seca en bebidas y alimentos.
Así, a través de diversos métodos, los expertos del organismo de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural buscan determinar la calidad de los cálices que se cultivan, en función de sus aspectos físicos y químicos.
Variedades como Colima 3, 5 y 7, Sudán y Alma blanca son tecnologías de mejoramiento genético en las que se atiende sanidad de las plantas y el rendimiento y aumento de calidad en los cálices deshidratados, entre otros.
La cuantificación de cálices enteros, rotos con hongos y materia extraña sirve para separar, cuantificar y determinar el porcentaje de deterioro, tamaño o forma de los elementos que interfieren en la calidad de la jamaica, en el proceso poscosecha.
En los atributos también se estudia la forma, tamaño y dimensiones del cáliz por la variabilidad genética, ya que los de volumen mediano a grande ofrecen mayor rendimiento y el despique –separación del cáliz de la cápsula- es más sencillo que en cálices pequeños.
Para la medición del color los investigadores comparan los parámetros de la muestra con un estándar. El color visual se asocia con su contenido en compuestos como antioxidantes y acidez. Los cálices de color obscuro son menos ácidos que los claros o verdes.
La medición de la acidez, a través de los compuestos responsables de dar ese sabor, determina la aceptación del consumidor.
Además, los compuestos que poseen propiedades benéficas para la salud como diuréticas, antiparasitarias y antihipertensivas en humanos, también son parte de la calidad de los cálices.
BTM
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