Pável Dúrov (San Petersburgo, Rusia, 1984) es el hombre detrás de Telegram, la compañía de mensajería instantánea que ha logrado burlar a los gobiernos de países como Rusia o España. La empresa siempre ha destacado como la alternativa a WhatsApp, apelando a la libertad de sus usuarios y negándose a compartir información con las autoridades.
Como resultado a esta apuesta por la privacidad, el pasado viernes el juez Santiago Pedraz ordenó suspender de forma cautelar la App a raíz de una denuncia presentada por Mediaset, Atresmedia y Movistar Plus por un presunto uso no autorizado de contenido audiovisual sometido a derechos de autor en España.
La denuncia causó mucho revuelo entre los más de ocho millones de usuarios que tiene Telegram en España. La red social cuenta con más de 900 millones de usuarios en el mundo y está valorada en unos 28.000 millones de euros, según Forbes.
La realidad es que el ruso Pavel Dúrov, fundador de la plataforma, se ha hecho famoso por haberse enfrentado a las autoridades de más de una decena de países y por negarse a proporcionar datos de las actividades de sus usuarios. Ni Putin ni el juez Pedraz han podido con él.
"La privacidad, en última instancia, es más importante que nuestro miedo a que sucedan cosas malas, como el terrorismo. ISIS siempre encontrará otra forma de comunicarse", aseguró en su día el dueño de Telegram en su Instagram.
"No habla casi nunca por teléfono, dispone de tres números distintos y los cambia a menudo, como el cepillo de dientes", declaraba a Fortune hace cuatro años.Este no es el primero –y sin duda no será el último– desacuerdo de Dúrov con las autoridades de distintos países.
En el 2014 él y su hermano Nikolai, de 43 años, decidieron huir de Rusia y desde entonces se han recorrido el mundo. Son ciudadanos de las islas caribeñas de San Cristóbal y Nieves. Su nacionalidad la adquirieron donando 250.000 euros a una fundación del país un año después de fundar Telegram.
En su Instagram se pueden ver imágenes en donde muestra su cuerpo atlético, que le gusta pasear por las playas de Bali, la Costa Azul, Maldivas y hasta en Finlandia.
Telegram tenía su sede física en Berlín y ahora está en Dubai, aunque está registrada en las Islas Vírgenes Británicas. “La empresa ha asumido como rasgo de carácter el nomadismo para evitar problemas con alguna jurisdicción concreta”, aseguraba el periódico económico Cinco Días, después de que su fundador se autoexiliara de Rusia.
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