México.- Entre fiestas anuladas, toques de queda y otras restricciones, el mundo celebra este viernes la llegada del 2022, tras otro año de pandemia en el que, pese al despliegue de vacunas, la variante ómicron provocó un auge de contagios nunca visto.
Desde Seúl a San Francisco, pasando por México o Atenas, las celebraciones de Año Nuevo volvieron a verse limitadas o directamente canceladas, aunque en Río de Janeiro, que suele reunir a tres millones de personas en la playa de Copacabana, la fiesta sigue adelante.
Como en Times Square de Nueva York, los eventos oficiales se reducirán, pero igualmente se esperan multitudes.
"La gente solo tiene un deseo, salir de casa, celebrar la vida después de que la pandemia haya forzado a todos a encerrarse", decía en Copacabana el camarero Francisco Rodrigues.
"Habrá mucha gente en Copacabana (…) Es inevitable", decía la abogada Roberta Assis, que planea una fiesta en pequeño comité.
Sídney, la mayor ciudad de Australia y una de las primeras en recibir el nuevo año, también decidió mantener los fuegos artificiales que suelen iluminar su icónico puerto.
Las vacunas brindaron esperanza, con más de un 60 por ciento de la población mundial inmunizada. Pero su distribución ha sido desigual, especialmente en países pobres, lo que ha facilitado la emergencia de nuevas variantes.
La última de ellas, ómicron, ha sumergido a medio mundo en un nuevo espiral de restricciones ante su inédita velocidad de transmisión, con más de un millón de contagios en una semana por primera vez.
Estados Unidos, Reino Unido, España, Francia o Argentina han registrado récords de nuevas infecciones diarias.
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