Chignahuapan, el pueblo donde siempre es Navidad

México.- El olor a bosque de coníferas da la bienvenida a los turistas. Una ligera neblina cubre esta colorida y húmeda tierra en donde rige el frío, pero cobija la calidez de su gente, es el pueblo mágico de Chignahuapan, donde siempre es Navidad.

Ubicado en la Sierra Norte de Puebla, Chignahuapan ofrece desde cascadas, aguas termales, lagunas y barrancas, hasta una bella arquitectura que incluye la Basílica de la Inmaculada Concepción y su enorme figura de la Virgen María -tallada en cedro- así como su gastronomía, festivales y su tradicional fabricación de esferas artesanales.

Y es por esto último que el año pasado el pueblo rompió récord al recibir un millón de visitantes durante la temporada alta -octubre-diciembre- atraídos por los colores y el brillo de las esferas.

Entre las casonas de recios muros y techos de madera y teja se encuentran las fábricas y locales donde se ofrecen millones de esferas navideñas, de todos tamaños y colores, además de otros adornos alusivos a las fiestas decembrinas.

En Chignahuapan hay más de 200 talleres que producen decenas de millones de esferas, y que recién celebró la edición número 24 de la Feria de la Esfera, enmarcada por la colocación de un árbol navideño gigante de 64 metros y una esfera monumental en la plaza principal, donde también se encuentra el Kiosco Mudéjar.

Entre los diferentes puestos se puede encontrar una inmensa variedad de formas y tamaños, además de precios, “que son muy económicos, yo la verdad vengo desde Querétaro y aprovecho para surtirme”, comenta Margarita Jiménez, quien vende productos alusivos a la Navidad entre sus familiares y conocidos.

Aquí se puede encontrar desde plumas o un par de aretes, la tradicional caja de esfera con nueve piezas de tamaño mini, hasta nacimientos iluminados, o bien figuras alusivas al día de muertos, flores o princesas, todas hechas de vidrio soplado, que se adaptan a la moda de cada año.

Sobresalen también las esferas transparentes que se rellenan con plumas naturales de águila, gavilán, paloma o de cualquier otro tipo de ave, y algunas incluyen deseos, que son letreros con palabras como amistad, amor y paz.

Además, se echa mano de figuras de herrería que permiten formar racimos de esferas, bellotas, uvas y hasta cascadas, mientras que otros emplean ramas de pino, piñas, ixtle, zacate, fibra de maguey y estructuras de madera que se producen en la localidad.

De acuerdo con la Secretaría de Turismo de Chignahuapan, la elaboración de la esfera de navidad en este pueblo comenzó en 1965 cuando el señor Rafael Méndez, originario de Tlalpujahua, Michoacán, decide instalarse en este municipio.

Comenzó a trabajar con 10 empleados y con el paso del tiempo logró tener hasta 100 trabajadores, quienes posteriormente tendrían sus propios talleres.

Así surgió la primera fábrica de esferas en Puebla, hoy conocida como "Casa Méndez". Una década después empezó con la coloración de la esfera, siempre plateada.

Actualmente, Chignahuapan cuenta con seis fábricas de esferas debidamente registradas y cerca de 450 talleres en domicilios particulares.

Los artesanos ofertan cajas de esferas que van desde 10 hasta 300 pesos, y al año se producen cerca de 80 millones de cajas de esferas de diferentes tamaños, lo que coloca a este municipio como el productor número uno a nivel nacional.

Y en Chignahuapan siempre es Navidad, porque de enero a julio se venden esferas temáticas, personalizadas, y para eventos sociales, además de decoración para el hogar.

La temporada fuerte empieza en agosto y termina en diciembre con la venta de las esferas navideñas, resalta Lucía Montiel. 

Así, todo el año se ven personas caminando por las calles de este pueblo mágico, cargando sus cajas con esferas que llenarán de luz, alegría y tradición, los hogares de México.

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