El té es una de las bebidas más consumidas en el mundo y además, de las más antiguas. Aunque actualmente está al alcance de todos, no siempre fue así, por esta razón, Lagg´s, marca mexicana con más de 64 años en la industria del té, comparte algunas cosas sobre la fabricación de esta famosa bebida.

1. El té verde y negro vienen de la misma planta: Aunque ambos provienen de la planta Camellia sinesis, es su diferente tipo de producción la que les brindas sus diferencias en sabor, aroma y contenido de nutrientes. Mientras que el té verde se produce cuando las hojas de té recién cosechadas se someten a un proceso de oxidación mínimo, el té negro se someten a un proceso de oxidación completo, lo que les da su característico color oscuro y sabor más fuerte.

2. No todas las infusiones son té: La palabra “infusión” se puede utilizar para referirnos al té, pero no se puede usar la palabra “té” para referirnos a una infusión, ya que el té es la bebida creada a base de hojas y brotes de la Camellia sinensis. Entonces lo que normalmente compras en el supermercado son hierbas adicionadas a una base de té negro o verde para su comercialización.

3. Fuente de ingresos: La industria del té es la principal fuente de renta e ingresos de exportación para países en desarrollo y genera puestos de trabajo, en especial en zonas remotas y desfavorecidas desde el punto de vista económico. 

4. Cambio climático: La producción de té es muy sensible a los cambios en las condiciones de cultivo, por lo tanto, los cambios climáticos han afectado los rendimientos, la calidad y los precios de los productos de té. Así que los países productores de té deben integrar en sus estrategias nacionales de desarrollo del té los retos del cambio climático: cómo adaptarse a él y reducir sus consecuencias.

5. El té en el skincare: Cada vez son más las marcas que sacan provecho de las propiedades del té en sus productos, siendo el té verde y blanco los favoritos, ya que poseen catequina, un compuesto antioxidante que bloquea la acción enzimática de sustancias que degradan el ácido hialurónico, la elastina y el colágeno.